Quiero acostarme contigo, de la forma más inocente. Sólo quiero estar ahí, contigo, simplemente ahí.
No quiero volver a autolesionarme pero, ¿qué se hace cuando llorar ya no alivia tu dolor?
Guardo en mi interior un mar completo.
El silencio ahora ya no es tranquilidad, sino dolor.
El dolor es sigiloso, pero atormenta.
Como esa insertidumbre en el pecho, escarba mi mente en forma de dolor, de agonía.
En forma de silencio...
Y me mata.
Estoy muriendo.
Trato de encontrarme, pero... ¿Sigo estando en mi?
En algún momento llegué a creer que en serio y realmente podía contar contigo, que si te necesitaba yo tendría al menos en quien resguardarme, aunque casi no me expresaba o demostraba mi dolor, quedaba eso en mi corazón, me refiero al saber que tengo a alguien a quien acudir, saber que tengo algo real...
Pero a veces simplemente podemos llegar a ser muy reemplazables.
De mi parte estoy conciente de que me entregué como no lo había hecho... quizás eso no fue suficiente para ti, o no supiste ver lo que significaba para mí, porque te di una parte de mi y me sentí tan desvalorizada.
Me dolió, claro que sí.
Pero de eso también se trata la vida... ¿no?
Ella no lo ve... pero yo si
Saldrá mal pero yo ahí estaré
Bella flor de pétalos frágiles y aroma quebradizo
Te arrancarán... dolerá, pero yo te haré florecer, así me lleve toda la vida, lo haré por ti.
Espero algún día ya no sentir esta tristeza tan grande en mi pechito.
Valió la pena?
Quizás parezca algo fría... pero créeme que si me vieras... si me vieras de verdad te darías cuenta de que soy todo lo contrario, solamente es un intento de proteger mi corazón.
Y si te pido que te quedes conmigo... lo harás?
En serio lo harás?
Porque ya muchas veces solo lo han dicho.
–A
De verdad lo di todo, pensé que esta vez saldría bien, pero tampoco te importé, a la final nunca tuve amig@s de verdad.