Ni siquiera puedes contigo mismo y pretendes proteger a los demás, como si no te fuera suficiente la agonía de intentar mantenerte en vida constantemente, deja de mentirte y borra tu existencia de una puta vez.
Jalea
Los escritores somos los seres más románticos del planeta pero dios, quiebra la ilusión de uno y desbordará una infame tristeza.
~Chucxsx
Soy huérfana, me creí por mi propia cuenta y aprendiendo cada día lo miserable que es existir;
Soy nómada, a pesar de tener un techo nada me hace sentir en casa, como si fuera mi hogar;
Soy solitaria, no me gusta tener compañía, siempre he preferido la soledad;
Soy todo aquello que nadie se imagino de mí, ni siquiera aquellos que dicen conocerme bien.
-Ay, Carolina.
A la luna sonrío, mientras me regala la luz, la que tú me regalabas, la que el destino se ha encargado de quitarme, la que un día al cerrar tus ojos se extinguió.
Andy🤍
No estamos obligados a ser la misma persona con todos, hay gente que merece ver nuestro lado bonito.
Caótico
Enamórate de mí, quiero que tus ojos tengan ese brillo tan lindo que se refleja en tu mirada al ver un atardecer, pero con tu mirada posada en mí. Que se dilaten tus pupilas, que te suden las manos, que tu corazón se acelere, que tu mente se ponga en blanco. Que al oír mi voz retumbe un estallido de alegría en tu corazón. Enamórate de una manera peculiar e inexplicable, convirtiendo el amor en un sentimiento, en un un aroma, en una caricia, en una sonrisa. Resume tu sentimiento describiendome en la palabra "tú".
Solo enamórate de mí, así como lo hago yo de ti.
—Atticus
“Durante años imaginé 10 millones de posibles reencuentros entre tú yo. En todos imaginaba que al dar la vuelta al despedirnos tú me tomabas de la mano y me decías que todavía no era tiempo de decirnos adiós. Hasta que un día, un día realmente nos volvimos a encontrar. Para entonces tú y yo ya éramos seres tan diferentes a lo que alguna vez habíamos sido. Ya habíamos madurado, habíamos pensado y habías asimilado toda nuestra historia. Y fue por eso que el reencuentro fue tan inesperado. Y, sin embargo, tan necesario. El día que nos volvimos a encontrar yo ya había dejado de extrañarte y ya no pensaba cada noche en por qué habíamos tenido que renunciar a nosotros. Pero ese día, el día que volví a verte lo entendí TODO. Preguntamos qué tal habían ido nuestras vidas, qué cosas habíamos hecho, qué cosas habíamos dejado de hacer. Los dos en las vidas correctas. Ambos solteros, con la posibilidad infinita que nos había caracterizado nunca. Charlamos animadamente hasta que mencionaron mi nombre y fue entonces cuando tuve que decir adiós. Por primera vez en la vida tus ojos brillaban diferente y, en lugar de parecer que necesitabas irte, algo en tus ojos me gritaba que no me fuera. Y tal vez, tal vez era lo que yo le había pedido tanto tiempo a la vida, que no me dejaras ir, que te aferraras, que te quedaras. Y fue tanto, tanto que el día que tú querías quedarte fue el mismo día que yo solo deseaba irme. Y entendí, entendí por qué hasta entonces nos habíamos vuelto a ver, por qué después de tanto tiempo. Y te dije adiós, y me dijiste adiós. Pero esta vez fue diferente, esta vez yo me di la vuelta sin desear que me detuvieras y, por primera vez en la historia, tú deseabas detenerme. Y así fue, así me marché. Yo sintiendo que por fin habíamos tenido un cierre a la historia que tanto daño me hizo y tú, tú apenas dándote cuenta que la historia podría haber sido tan diferente si tan solo tú, no te hubieras marchado y, si tan solo yo, te hubiera podido soltar antes. Pero tú eres tú y yo soy yo. Dos almas libres que nunca estuvieron destinadas a estar juntas, que solo se aferraron a la idea de que un día podrían volar juntas, cuando, el verdadero destino, nuestro verdadero destino era aprender a vivirnos para después decirnos adiós. Para emprender el vuelo, volando alto, pero en direcciones contarias.”
— La sinfonía del alma.
“Tu error es el mismo de millones como nosotros. Te gustan las chicas que guardan en sus carteras el opio de lo inmediato, la prisa sin paciencia, el verso sin rima y los rastrojos de un pasado inconquistable. Las chicas que guardan en sus cabezas ambiciones de un solo triunfo, utopías de las grandes ciudades, poco corazón y más humo de hierro, porque para amar, no solo es ver, sino mirar amando. Sin embargo, la verdad es que te deberían gustar las chicas que atesoran en sus carteras la austeridad de los diarios, el alma pícara e inocente, la visión del ruiseñor y la libertad en el corazón. Las chicas que atesoran en sus cabezas, la flor de la cultura y el remanso de una noche meditada.”
— Firthunands (via humanismo-nostalgico)
𝐌𝐞𝐭𝐚𝐧𝐨𝐢𝐚
𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐨𝐜𝐞𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐬𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚 𝐥𝐚 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐫, 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫, 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐨 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐫 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧; 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐨𝐫𝐮𝐠𝐚 𝐚𝐥 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐞𝐫𝐭𝐢𝐫𝐬𝐞 𝐞𝐧 𝐦𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚.
-𝒔𝒏𝒉𝒏𝒌𝒌𝒎𝒏